domingo, 24 de octubre de 2010

La vida comienza cada día.

Cada mañana al despertar unos saltan disparados de la cama en busca de un nuevo día, mientras otros se quedan remoloneando y apurando esos instantes de felicidad completa al calor de las mantas.
A manolito en cambio no le resultaba tan sencillo salir de la cama. Cada mañana, al despertar, tenía la certeza de que un nuevo día se le venía encima, un nuevo día que tendría que atravesar soportar de alguna manera hasta volver de nuevo a la seguridad estar sumergido bajo las mantas, fuera del alcance de todos. Manolito no remoloneaba entre las sábanas hasta el último momento, en ninguno de los días de su vida, que él recordara, Manolito tenía memoria de haber tenido un día feliz completo, ni siquiera un día tranquilo, cada día lloraba, y llorar no le gustaba.
Cuando conseguía regresar de la escuela sin que los otros chicos se metieran con él, le esperaba lo que podía encontrarse en la casa de sus padres, siempre discutiendo y siempre echándose la culpa de su desgraciada vida el uno al otro. Cuando manolito veía que la situación se ponía mal trataba siempre de apartarse todo lo que podía pero en un pequeño piso de un barrio obrero eso es imposible para un niño de siete años, además en cuanto su madre, que era por quién más se sentía perseguido, en cuanto se daba cuenta de que estaba de su alcance le llamaba con cualquier pretexto y a renglón seguido, cuando Manolito aparecía por la puerta, descargaba sobre el toda la rabia contenida por una vida infeliz, esto es algo que Manolito no llegaba a comprender, cómo era posible que siempre acabasen todas las discusiones en él, cómo era posible que a sus siete años fuese el culpable de todos los males que ocurrían en la casa de sus padres, pero a los siete años hay muchas cosas que no se entiende porque no se conoce aún la complejidad humana, únicamente se emplea la sencillez animal, que es con la que tanto daño se hace siempre  que hay oportunidad.
La vida comienza cada día, aunque hoy Manolito ha decidido no salir nunca más de su cama.

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